En la cima. Los abuelos paternos se establecieron en Gironda a fines del siglo XIX. Los abuelos maternos llegaron alrededor de 1925. Originarios de Périgord y Corrèze, se dedicaron a la agricultura y la viticultura, en Arveyres, una ciudad cerca de Libourne, donde se hace
Bordeaux Supérieur. El hijo, Jean Bouldy, y su esposa Andrée, compraron
Château Bellegrave en 1951. La pareja se puso a trabajar como un buen enólogo, sin contar tanto su tiempo en el viñedo como en la
bodega. En la segunda mitad del siglo XX, los Bouldy fueron los dignos representantes de estas familias que dieron nueva vida a la denominación de
Pomerol, con coraje, humildad, perseverancia y propiedades que reflejaban su discreción y desinterés. .
Jean-Marie Bouldy se hizo cargo de la propiedad en 1980, junto con su esposa, Pascale en 1995. Sus hijos también vinieron a trabajar en la propiedad, Aurélie en 2014 y Jean-Baptiste en 2015, perpetuando así la vocación familiar de
Château Bellegrave. Esta hermosa propiedad de 8.5 ha, 75% de
Merlot y 25% de
Cabernet Franc, se beneficia de un terruño de superficie pedregosa, arcilla y arena y un subsuelo rico en óxido de hierro, también llamado "Inmundicia de hierro". Agricultura ecológica controlada por Ecocert.
Magnífico
Pomerol 2017, con una nariz dominada por frutas rojas de hueso y notas ahumadas, amplio, picante y voluminoso, con, en el paladar, connotaciones de canela y pequeños frutos rojos macerados (fresa, arándano), complejo y sabroso, de gran evolución La tipicidad y la seducción dominan este gran 2016, donde prevalece la elegancia, con estos pequeños matices de
humus y fresa silvestre madura, todo en el paladar, de color púrpura, con taninos presentes y deliciosamente derretidos. Magnífico 2015, picante,
generoso, con taninos sabrosos, completo y distinguido,
suave, denso, con matices de mora y
humus, boca compleja. El 2014, muy típico, que libera una nariz sutil donde dominan la ciruela y la maleza, mezclando redondez y estructura, con, en boca, estos matices de cereza y canela, es de un hermoso equilibrio, todo en matices.
El 2013, "sobre la fruta", dominado por notas de grosella negra, guinda y especias, es un vino sabroso. Bonito 2012, todo en boca, con matices de cuero y guinda confitada, un vino graso y con cuerpo, firme y persistente, muy buena evolución. El 2011 desprende una nariz rica y sutil dominada por bayas rojas cocidas, un vino en armonía, estructurado,
generoso, muy aromático, con taninos. El 2010 es uno de los éxitos más bellos del
Château, de color granate profundo, un gran vino muy equilibrado, en nariz y en boca, con matices de grosella roja, grosella negra y trufa, con ricos taninos, ambos Potente y sabroso. Continuamos con este notable 2009, carnoso y robusto, boca amplia, nariz compleja (cuero, mora, pimienta), todo en potencia y delicadeza, hermoso color. Enoturismo en el lugar.